Dragonfly

Pobre no es aquella persona
cuyos sueños no se han realizado,
sino aquella persona que no sueña.
Marie von Ebner-Eschenbach

Sueños... ven y cuéntame con que sueñas, cuales son tus deseos, dime que quieres realizar; ahora toma mi mano, ven, yo te voy a ayudar.

Sueños... soñemos juntos, caminemos sobre el césped, mientras llevamos los zapatos en la mano, sintamos las cosquillas y sonriamos.

Sueños... no son acaso la perfecta excusa para juntar dos almas, para compartir una malteada con dos pajillas.

Sueños... esas imágenes alocadas de viajes a la playa, de puestas de sol con celajes naranja, de brisa cálida sobre nuestro rostro.

Sueños... estar sola, nostágica y de repente saltar de alegría al recibir su llamada, al comprobar que dos corazones sintonizados se hablan a pesar de la distancia.

Sueños... la espera al otro lado de la puerta en salida del aeropuerto, aguardando por esa sonrisa confortadora.

Sueños... meterse a duchar juntos y besar tu espalda, mientras te recorre el agua y la piel se te eriza.

Sueños... de dormir plácidamente y sin la menor preocupación entre el calor de tus brazos.

Sueños... de tus caricias abrumadoras, de tus manos intimidadoras, de tus juguetones besos excitantes.

Sueños... de tus besos con sabor a té negro con galletitas de mantequilla, resbalosos y traviesos que bajan lentamente por mi cuello.

Sueños... ansiosos por salir corriendo, para ser cumplidos.

¡Quiero veneno para morir,

o sueños para vivir!

Gunnar Ekelof