Dragonfly

Esa, era yo, otra Penélope queriendo cambiar, con deseos de salir de una vez por todas de esta Ítaca que me tiene prisionera, mientras espero que vuelvas a mí, pero queriendo escapar.

Naufragué en un charquito de estrellas
yo solo quería navegar, poner mis ganas por velas.

Pasaba el tiempo y yo por ti quería vivir, a ti era a quien quería esperar, junto a ti quería todo lo mejor de mi dar, pero en esta amarga y solitaria espera no veía el día llegar.

Un sueño anclado en la luna
no pude ver orilla alguna y, normal
que naufragara a su vera.

Fui la Julieta luchando contra todo y todos, llena de desengaños por este loco y tortuoso amor, que más tenía que hacer, di cuanto pude, esperé, lloré, pero a mi solo el olvido llegó.

Entre la espuma que acaricia y atropella
con un verso del poema que escribí,
se van borrando tus huellas.

Creí ver un destello de esperanza que se coló en mi corazón, pero esta Dulcinea no vio más que los ojos de un loco, un soñador. Pero recuerdas que nunca soñamos juntos?, que nunca procuramos compartir nuestros sueños, por el miedo de anclarnos al mismo mar.

Esta noche iba a brillar la luna
pero la tormenta la asusto.

Más imposible fue ver el mismo horizonte, con esta separación de corazones, tú no puedes ver por la ventana lo mismo que puedo ver yo, el sol acá brilla con seis horas de diferencia y esta pequeña ciudad no se ve como la tuya.

Y aquel charquito de estrellas
resulto ser un desierto
solo un espejismo de arena y sal.

En que punto, de lo que pudo ser una bella historia de amor, fue que dejamos que se perdiera

la magia de los besos y la chispa del momento.

¿Dónde están los sueños de verdad, cálido?
y las tormentas de caricias,
donde el huracán amándonos.

Pero al fin te decidiste por partir, sin prometer regresar y me dejaste a la orilla de un hombro que consoló mi dolor, que llenó mi vida del vacío en que se encontraba. Con besos y cariño, mi corazón de tu vida curó. Otro mundo me mostró y con caricias de ternura mi corazón de todo dolor protegió.

La noche es grande y eterna
ya no hay charcos, sólo estrellas
esta noche brillará la luna,
porque la tormenta es nuestro amor
mañana, cuando salga, el sol llorará de envidia
por ella y por lo que pasó
esta noche hay miles de estrellas
y una mágica y radiante luna llena.

Pd. Los versos en amarillo pertenecen a la canción "Un Charquito de Estrellas" de Alejandro Sanz.