Dragonfly

Regresé, a buscar el lugar donde dejamos que nuestros sueños se los llevara el viento, pero esta ciudad me parece tan fría y solitaria sin ti.

Camino y escucho solo el eco de mis zapatos haciéndome compañía, la neblina me envuelve y el frío me cala los huesos. Tu mano ya no estrecha la mía para darle calor.

La gente que transita esta gran soledad, me parece tan lacónica. Las manos en los bolsillos, la expresión severa y la esperanza colgada de la indiferencia.

Vine a recordar el lugar donde fuimos felices, pero los desplantes del viento me llenaron de lágrimas y entuertos.

Quise recapitular el vuelo de las aves, mezclado con el olor a café fresco, mientras reíamos sentados en una banca de la plaza.

Traté de recordar el callejón en que me susurraste frases locas que me hicieron sonreír, soñar y vivir.

Analicé cada uno de los sonidos que haciéndome ronda me gritaban vete! no que queremos aquí, por última vez, no vuelvas más.

Callé, el dolor de mi corazón, cerré mis labios para no soltar ni un solo gemido de angustia y todos ellos se ahogaron en el lago de mi alma.

Desfallecí, cuando no encontré ningún pretexto para permanecer en esta ciudad, que nos vio amar.

Finalmente lloré, cuando no me resistí más al deseo de volverte a ver.