Dragonfly

Hoy desperté de repente en medio de la madrugada, la luz del televisor aún encendido y la música de fondo me hicieron creer que no estaba en mi cama, pensé que estaba soñando, pero un aroma varonil me hizo darme la vuelta y comprobé que no había sido un sueño, estabas allí, dormido junto a mí.

Se ve tan dulce tu cara, que podría quedarme viéndote hasta que llegue la mañana, quiero retratarte en mi mente, no quieto olvidarte, no quiero perderme ni un detalle de tu rostro. Observo tus ojos cerrados, enmarcados por dos espesas cejas color café oscuro, veo tu nariz y la forma de tus labios, esos que me besaron con pasión y ternura a la vez, esos con los que me encontré en el preciso momento en que no paraba de hablar, aún tenían sabor a vino blanco.

No dije nada en ese momento, pero me pareció injusto que besaras primero el borde de la copa y después me besaras a mi, sin embargo, callé, finalmente callé y disfruté del momento que tanto había esperado, tus labios parecían querer comerme... me muerdes el labio inferior y suspiro... suspiro fuerte.

Te apartas y me pides disculpas, no me has ofrecido nada de tomar, tomas una copa y me sirves un poco de Baileys, me extiendes la copa, la toma y brindamos, bebo un trago y siento como el sabor a licor y a café me llena todo el paladar de una agradable sensación, mientras tanto tu solo me miras callado, así sueles ser siempre.

Te acercas, me tomas por la cintura, vuelves a besarme, me quitas la copa y la pones a un lado y me estrechas lentamente entre tus brazos, juntos, finalmente juntos, separados tan solo por tus ropas y las mías.

Sigues besándome mientras te quitas los botones de los puños de la camisa, me preguntas si te ayudo y te saco de un tirón la faja y la falda de la camisa, en ese momento tu desabrochas mi blusa y al siguiente instante cae mi falda, observas el encaje de mis interiores y sonríes, segundos después toda nuestra ropa reposa en la alfombra.

Y ahora estoy sobre tu cama, observándote tras despertar en la madrugada, te miro y acaricio tu cabello, beso tu frente y en voz baja te digo "que descanses, hasta mañana."