Dragonfly

Manos apasionadas por el trabajo, que parecen nunca acabar, no se agotan de acariciar cada una de las teclas de la computadora, plasmando acuerdos, informes, notas, presupuestos, programando funciones, comandos e iteraciones, manos asidas a un lapicero firmando contratos y ofertas.

Manos que estrechan otras al cierre de un negocio, que cargan la valija de regreso a casa, que manipulan el funcionamiento del automóvil, manos que hacen girar la llave al llegar a casa.

Manos que temprano en la mañana me ayudan a levantar, acariciándome el cabello y juegan a hacerme cosquillas mientras decido levantarme y salir de la cama, mismas que me ayudan en la ducha, que enjabonan mi cuerpo, que lavan mi cabellera formando divertidos peinados con la espuma, manos que me secan tiernamente con la toalla.

Manos que después de un cansado y ajetreado día, me quitan la ropa y me llevan a la cama, que me recorren el cuerpo con relajantes masajes, manos que me transitan por toda la piel, tratando de hacerla entrar en calor por dentro y por fuera, manos, tus manos, hermosos recuerdos de las caricias que me hacen tocar el cielo, manos cariñosas que toman las mías mientras nos despedimos en la puerta, dándonos un beso.