
Ciertamente estaba allí, no sé exactamente si esperaba por mi, pero yo si estaba segura de querer conocerla. La encontré allí, más o menos a media cuadra, a 5.000 kilómetros de distancia de casa...
Después de haber tomado el avión y haber viajado durante algunas horas, al fin llegue, después de haberme sentido casi cegada, por la luz de aquel ángel imponente, rodeado de luz, casi parecía tímida aquella luz a la entrada, aquel pequeño foco, que iluminaba la entrada y tan solo dejaba ver un hermoso mosaico de letras azules "Río Yang Tsé #19".
Tan solo poner un pie frente al escalón y la madre tierra hizo conexión conmigo, recuerdo que era una noche un poco fría, pude sentir el efecto de la bruma en la piel, pero sonreía, era feliz.
Ascendí por la escalera, después de escuchar... Adelante, estas en tu casa! Un gran salón, con dos sillas y una lámpara, me invitaban a leer, pero justo detrás de mi una linda sala, seguida de otra de sillones café, me cerraban un ojo y me decían ponte cómoda.
Proseguí mi camino, en busca de mi habitación, él, muy amablemente cargaba mi equipaje y me iba guiando mientras tanto, daba cada uno de mis pasos, como descubriendo un mundo nuevo, hasta que llegamos allí... al final del pasillo a la derecha. Estás en tu casa!... ahhh... quise saltar como una niña en la cama, saltar y saltar hasta caer sobre ella, cansada, agotada, pero feliz.
En esta habitación, me conecté conmigo misma, respiré profundo, me llené de tranquilidad, me cobijé de paz. Allí lloré por mi familia y los extrañé, los valoré y me di cuenta cuanto los amaba. Creo que fue un ejercicio bueno para el alma, fue una excelente excusa para volver a encontrar la esencia de mi ser.
Fue en Río Yang Tsé #19, donde disfruté de largas horas de descanso fue aquí donde disfruté de la buena lectura, de grandes películas y del placer de escribir. Fue allí justo, donde planié los lugares que visitaría, las rutas que tomaría.
Es por todo ello, que yo le llamo mi oasis de paz... nunca me sentí más augusto, más en paz, más feliz...
Río Yang Tsé #19... mi oasis de paz.
Después de haber tomado el avión y haber viajado durante algunas horas, al fin llegue, después de haberme sentido casi cegada, por la luz de aquel ángel imponente, rodeado de luz, casi parecía tímida aquella luz a la entrada, aquel pequeño foco, que iluminaba la entrada y tan solo dejaba ver un hermoso mosaico de letras azules "Río Yang Tsé #19".
Tan solo poner un pie frente al escalón y la madre tierra hizo conexión conmigo, recuerdo que era una noche un poco fría, pude sentir el efecto de la bruma en la piel, pero sonreía, era feliz.
Ascendí por la escalera, después de escuchar... Adelante, estas en tu casa! Un gran salón, con dos sillas y una lámpara, me invitaban a leer, pero justo detrás de mi una linda sala, seguida de otra de sillones café, me cerraban un ojo y me decían ponte cómoda.
Proseguí mi camino, en busca de mi habitación, él, muy amablemente cargaba mi equipaje y me iba guiando mientras tanto, daba cada uno de mis pasos, como descubriendo un mundo nuevo, hasta que llegamos allí... al final del pasillo a la derecha. Estás en tu casa!... ahhh... quise saltar como una niña en la cama, saltar y saltar hasta caer sobre ella, cansada, agotada, pero feliz.
En esta habitación, me conecté conmigo misma, respiré profundo, me llené de tranquilidad, me cobijé de paz. Allí lloré por mi familia y los extrañé, los valoré y me di cuenta cuanto los amaba. Creo que fue un ejercicio bueno para el alma, fue una excelente excusa para volver a encontrar la esencia de mi ser.
Fue en Río Yang Tsé #19, donde disfruté de largas horas de descanso fue aquí donde disfruté de la buena lectura, de grandes películas y del placer de escribir. Fue allí justo, donde planié los lugares que visitaría, las rutas que tomaría.
Es por todo ello, que yo le llamo mi oasis de paz... nunca me sentí más augusto, más en paz, más feliz...
Río Yang Tsé #19... mi oasis de paz.
9 comentarios:
Me imagino que no es en China, verdad? ^_^ Te ha pasado que estando acá, o en cualquier otra parte, de pronto te sientes como sacada de donde estás y puedes ver perfectamente ese otro lugar que tanto te gusta, la calle que lleva ahí, la estación del metro, oyes los carros, ves las placas, ves la gente, hueles todos esos deliciosos olores a comida que venden en la calle (pretzels y panecillos, en mi caso), y ese olor típico del lugar, que nadie más nota, pero que vos sabes: esto huele a mi casa, a mi tierra, a mi ciudad... Y te pierdes, y juras que estás ahí, y cuando "vuelves" a donde dejaste el cuerpo como que hasta tienes ganas de decir: "me acabo de bajar del tren en la estación de XY y vieras que el clima está muy agradable."
Pero dime, estás enamorada del sitio, o de sus habitantes?
el camino empieza justo donde terminan las puntas de los pies...
Que lindo relato...
:)
Paciencia linda! Ya falta poco...
Besos.
Quierote.
Storm bunny Mi querida Bunny... definitivamente, no es en China, pero si sé y sabe mi corazón, que es el lugar a donde quisiera correr cada vez que quiero escapar un rato de lo cotidiano.... Estoy enamorada del lugar, de la paz que me hizo sentir, de sus habitantes, de todo.
Besos ;)
Ma. Candela eso es exactamente lo mismo que quiero decir, cuando regrese, un día de Ecuador.
Besos ;)
Mínima Falta poco, pero me desespero a ratos... yo también te quiero montones.
Besos ;)
^_^ Got a tiny gift for you here: http://stormberry.blogspot.com/2008/11/gift-for-dragonfly.html
Lemme know if you like it!
gracias por la direccion y te mando un abrazo grandote
Libe-Lula,
Viendo las noticias de hoy, me he enterado que la empresa Dell sigue políticas discriminatorias hacia las mujeres y las personas mayores de 40. Parece mentira que a estas alturas, ya en el siglo 21 haya empresas que sigan utilizando prácticas laborales sexistas y creyendo que se pueden salir con la suya.
que lindo lo que escribiste. Paz es siempre bienvenida.
bueno, esos viajes solas, son los que nos hacen reempezar nuestra vida con otra perspectiva!!!!
y definitivamente te cambió!!!
ya tendras la oportunidad de volver a vivirlo, y ver con q cosa nueva vienes de alla, proque internamente nunca somos iguales, ni nunca dejamos de cambiar!!!
Un beso!
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